Estaba pasando una mala racha. Se fue a dar una vuelta con la intención de salir del bucle de pensamientos negativos que le hacían sentir mal. Cruzó el parque admirando las pocas hojas que, en los árboles, brillaban al frío sol de finales de otoño. Salió por la puerta del Casón, se metió por Academia, bajó los escalones que llevaban a la puerta de Goya como uno de esos personajes de dibujos animados que se ven transportados por el aroma de una comida rica, fue directamente a la sala 11 y se plantó delante de una pequeña maravilla: "Vista del jardín de la villa Medici en Roma" de Velázquez.
Parece un cuadro sin importancia, una escena sencilla en tonos pardos y verdes. Sus ojos fueron directamente en busca de una pequeña flor roja a los pies de un seto, al encontrarla sintió como si le faltara el aliento y el llanto sacudió sus hombros.
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"Vista del jardín de la villa Medici en Roma" de Velázquez en el Museo del Prado
Pocos son los que saben que esa flor roja fue pintada en 1962, durante un descuido de los vigilantes del Museo,por un enamorado de pocos recursos económicos para regalársela a su enamorada, asidua visitante. Pocos saben que ella, no se dió cuenta de la flor hasta 1975, tres años después de que rompiera con su novio de siempre.
ResponderEliminarBonita historia ¡gracias!
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